Yo solo quería hacer una foto de la bahía.
Un chisteo, dos, un carraspeo y por fin lo oí cuando me tiró con la piedra.
–espero que estés tan bien de la vista como del oído–me dijo, todo dientes
–eso dicen
–¿y te junelas?
Giré la cabeza y disimulé el escalofrío al ver los pies del cadaver.
–Pues nada, hago la foto y a casita, que refresca.
–sácame en blanco y negro, que el frío siempre puede ir a peor.
Rascal llegó tarde para la foto y no me robaron porque el dinero de verdad, parece de mentira.
Metatrón a tiempo parcial. Trimegisto para los amigos. Organizador de viajes interiores, Paul Atreides me dió 12 estrellas en Trivago.